viernes, 17 de julio de 2015

"No hay ningún documento de cultura que no sea a la vez documento de barbarie"

La alta cultura no podría existir en su forma histórica sin el trabajo anónimo de los productores directos -esclavos, campesinos u obreros-, excluidos del goce de los bienes culturales. Estos últimos son, por lo tanto, "documentos de barbarie" porque han nacido de la injusticia de clase, la opresión social y política y la desigualdad, y su transmisión se realiza por medio de masacres y guerras. La "herencia cultural" pasó de Grecia a Roma y luego a la Iglesia, para caer después en manos de la burguesía, desde el Renacimiento hasta nuestros días. En cada caso, la élite dominante se apropia -por la conquista u otros medios bárbaros- de la cultura precedente y la incorpora a su sistema de dominación social e ideológica.

Michael Löwy



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